¿SUFRES INFLAMACIÓN? ALÍVIATE CON ESTOS SIMPLES CONSEJOS

Estar inflamado o hinchado puede generar otros padecimientos y tener muchas consecuencias negativas para tu salud. ¡No te preocupes! Te brindamos simples consejos para entender qué es la inflamación y cómo evitarla.

Seguramente has vivido algún tipo de inflamación más de una vez. Lo cual es esperable, ya que la hinchazón abdominal ¡no es algo inusual! Muchísimas personas experimentan el mismo tipo de hinchazón repetidas veces. Si sigue un patrón predecible, generalmente no es motivo de preocupación. 

 

Pero, ¿sabías que mucha gente afirma que envejecemos  de manera acelerada debido a la inflamación

 

Tal vez te has acostumbrado a sentirte inflamado sin preguntarte el por qué. Aunque te encuentres incómodo, decides no hacer nada para mejorar, poniendo excusas disfrazadas como: “no tengo tiempo” o “no tengo dinero” o, incluso, “no sé si pueda cambiar mi alimentación”.  

 

Debes saber que con pequeñas modificaciones en tu estilo de vida puedes generar grandes mejoras. ¡Comencemos por entender el origen!

IN - flamma(m) - CIÓN

El origen de la palabra inflamación es “llama” o “incendio”. La inflamación se asocia muchas veces a un ardor estomacal, aunque puede ser simplemente sentir el vientre hinchado. ¿A quién no le ha pasado esto alguna o muchas veces?

Puede que te suceda que, tras la ingesta de ciertas comidas, necesites desabrocharte el botón del pantalón porque la ropa repentinamente te aprieta. Incluso puedes llegar a ponerte irritable, ya que el intestino se altera y pasas a sentirte incómodo.

Si te preguntas qué es exactamente la hinchazón, debes saber que es la sensación de aumento de la presión abdominal. Puede ir acompañada o no de distensión abdominal objetiva (agrandamiento visible de la cintura). Es un problema del aparato digestivo que puede sucederle a cualquier persona sin importar si tiene peso adecuado, bajo o sobrepeso.

De todas formas, la sensación de hinchazón es más evidente en las personas que no tienen un exceso de peso. Y además, suelen ser las mujeres las que más refieren este problema (aunque no es un malestar exclusivo del sexo femenino). 

La hinchazón se conoce como “abdomen distendido” o “estómago inflamado”. Un abdomen distendido con frecuencia causa incomodidad y puede llegar a ocasionar dolor. En muchos casos, se debe a algún problema digestivo que se puede solucionar con un cambio en la alimentación

En otros casos, la hinchazón y la distensión abdominal pueden ser manifestaciones de enfermedades orgánicas. Dentro de las causas posibles, se encuentra la retención de líquidos, el síndrome del intestino irritable y las infecciones. 

Por ello, si sufres distensión abdominal, antes de modificar tu dieta o tus hábitos, te recomendamos consultar con un médico para descartar cualquier posible problemática.

¡No queremos alarmarte! Seguramente, si sufres distensión abdominal, has de haberte preocupado, especialmente cuando te causa mucho dolor. Algunas personas notan que su vientre se ve hinchado o deforme y pueden experimentar un dolor abdominal agudo. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la causa puede ser algo tan simple como la indigestión o la acumulación de gases en el estómago y los intestinos.

 

ENCONTRANDO LA CAUSA ¡Y LA SOLUCIÓN!

Hay distintas causas que pueden provocar un vientre hinchado. Aquí van las más frecuentes:

  • Intolerancias alimentarias: es muy común que algunos componentes de ciertos alimentos generen intolerancia en las personas. Los más habituales son: la lactosa, la fructosa, el sorbitol y el gluten.

Cuando estos componentes no son digeridos, siguen su camino por el intestino y resultan el alimento de diferentes bacterias, lo que provoca dolor abdominal, diarrea o indigestión.

Solución: ponte en manos de un médico especialista en el aparato digestivo para que te haga las pruebas necesarias y verifique si tienes o no una intolerancia. Te recomendamos también consultar con un nutricionista que te marque pautas para que, al eliminar ciertos alimentos de tu dieta, no tengas déficits nutricionales.

  • Enfermedades inflamatorias: la más común es el síndrome del intestino irritable. Se caracteriza por lesionar el intestino alterando su funcionamiento y provocando diarreas, estreñimiento, dolor abdominal, hinchazón abdominal y acumulación de gases.

Solución: al igual que en el caso de las intolerancias alimentarias, es importante un buen diagnóstico y el asesoramiento por parte de un médico que paute la mejor alimentación para tu caso en particular.

  • Dispepsia: también llamada indigestión, se refiere a las molestias y/o dolor que se produce en la parte alta del abdomen. Algunos pacientes se quejan de dolor, hinchazón, acidez o náuseas, mientras que otros presentan indigestión, pero, en términos generales, todos sufren malestar en esa zona.

Solución: comer despacio y poca cantidad de comida, pero más veces al día. Evitar un exceso de grasas en las comidas, perder peso si es necesario y abstenerse del alcohol.

  • Exceso o falta de fibra: es importante que la incorpores en su justa medida. La fibra es uno de los principales componentes de las heces, así pues, un exceso puede aumentar el tránsito intestinal y provocar diarrea. Por el contrario, la falta de fibra disminuye el tránsito intestinal y causa estreñimiento. Ambas situaciones provocan gases e hinchazón y dolor abdominal.

Solución: para tener la ración adecuada de fibra es necesario consumir diariamente frutas y verduras, como así cereales integrales y  no olvidar ingerir 2 litros de agua al día. Recuerda también incluir un mínimo de 2 a 3 veces a la semana legumbres.
Ten en cuenta que debes introducir progresivamente los alimentos ricos en fibra para que tu cuerpo se vaya acostumbrando poco a poco y no se forme un tapón.

  • Gases y alimentación: las causas que mencionamos anteriormente provocan gases, pero además debes saber que si comes ciertos alimentos y especialmente si lo haces muy velozmente, es casi seguro que haya una mayor producción de gases en tu organismo.

    Solución: evitar el consumo de ciertas verduras como col, coliflor, brócoli, alcachofas y pimientos. Además, procura evitar el pan caliente, la pasta o legumbres al dente o con piel. 

Algo que seguro no sabías, es que los edulcorantes artificiales tampoco te ayudarán en estos casos. En cuanto a bebidas, te recomendamos aumentar el consumo de agua y evitar las que contienen gas, como así las bebidas alcohólicas.

Es fundamental para cualquiera de estas problemáticas que mencionamos, no hacer comidas copiosas o ricas en grasas. Comer despacio, masticar bien y con la boca cerrada. Por último, evita hablar mientras comes o utilizar sorbetes.

 

DIETA ANTI-INFLAMATORIA

Un punto importante a tener en cuenta es que si consumimos alimentos que inflaman, tales como los cereales y grasas, los lácteos, margarina, mantequilla, carnes rojas y aceites hidrogenados, azúcares, almidones, calorías vacías y alimentos procesados, también tendremos hinchazón. 

Sumado a esto, es muy probable que entre tus hábitos de vida tengas alguno peligroso para tu salud intestinal: fumar, no hacer deporte, consumir alcohol y el estrés con el que vivimos todos los días. 

Ante este panorama, te ofrecemos una alternativa nutricional para proteger tu flora intestinal. Ten en cuenta que más del 60% del sistema inmune depende de ella. El sistema inmune es el escudo protector que se encarga de la correcta absorción de nutrientes, así como de controlar el paso de bacterias y toxinas vacías.  

Se trata nada más y nada menos que de llevar a cabo una dieta antiinflamatoria, rica en vitaminas, minerales, ácidos grasos esenciales, fibra dietética y antioxidantes. Es muy sencilla, incluye todos los vegetales, frutas, cereales completos, proteínas de calidad y grasas saludables en tu alimentación.

¿Qué beneficios puedes obtener? Además de mantener la flora en estado óptimo (aumentando las defensas y mejorando el sistema inmune), proporciona más energía, elimina la ansiedad y aporta mayor bienestar físico y mental. Consiste en priorizar alimentos naturales y vegetales y reducir los ultra procesados y refinados. 

Aquí van los 5 pasos para llevarla a cabo:

  • Toma infusiones a diario: están llenas de antioxidantes y tienen un gran poder antiinflamatorio. ¿Las más recomendadas? Té verde, té de jengibre, rooibos o té matcha.

  • Cuida la flora bacteriana: una flora intestinal saludable ha demostrado reducir la inflamación intestinal y general. Una posibilidad es buscar rotación y variedad a tus alimentos, no obsesionarte con un único alimento, aunque sea muy saludable.   
  • Además, trata de evitar los refinados (azúcar, harina, sal y carbohidratos), el exceso de lácteos, gluten, alimentos procesados, refrescos, carnes rojas y embutidos.

  • Realiza ejercicio físico regularmente: está demostrado que ejercitar puede disminuir los marcadores inflamatorios y su riesgo de enfermedad crónica. En lo posible, intenta que sea un entrenamiento completo, donde realices ejercicios de fuerza, resistencia y cardio.
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  • Procura un sueño de calidad: dormir las horas necesarias durante la noche es extremadamente importante. Los investigadores han descubierto que un sueño insuficiente favorece la inflamación.

  • Suplementación natural: existen determinados suplementos que ayudan a reducir la inflamación. Te recomendamos la cúrcuma, el aceite de pescado o el magnesio. Así también, tomar probióticos puede beneficiarte. 
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    Ahora que ya tienes tantos tips para aliviar la inflamación intestinal, ¿qué esperas para empezar a sentirte mejor?

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